lunes, julio 06, 2009

Berlusconi

El mundo está mucho peor de lo que pensábamos. Ni el jodío capo de la mafia folla gratis

Siete intérpretes para entender a Chaves en el Senado

Muy buena entrada como casi siempre en Tercera Opinión


De lo que aconteció a don Quijote en el Senado.

Estatua de Don Quijote y Sancho Panza en Alcalá de Henares

CAPÍTULO VII
“DE CÓMO LAS LENGUAS, LEJOS DE SERVIR PARA ENTENDERSE, PROVOCAN SITUACIONES TAN SURREALISTAS COMO QUE CHAVES NECESITE SIETE INTÉRPRETES PARA HACERSE ENTENDER EN EL SENADO, PESE A QUE TODOS HABLAN CASTELLANO”

Sentáronse a descansar don Quijote y su escudero cuando, tras de sí, oyeron confusas voces que provenían del interior de un enorme palacio.
-Escucha con atención, Sancho, pues hoy podemos meter las manos hasta los codos en esto que se llaman aventuras.
-Tenga cuidado mi señor, pues yo sólo oigo frases en lenguas distintas.
-A eso me refiero, pues leí yo algo parecido sobre un castigo divino en una torre llamada Babel.

Y así, caballero y escudero, adentráronse en el Senado, donde la mayoría de los presentes yacía leyendo periódicos o disfrutando siestas. Fue que se acomodaron en alguno de los asientos vacíos -que eran los más- y quedáronse a la espera.

“No estamos de acuerdo con las condiciones… (castellano) Non estamos de acordo coas condicións (gallego)… Kondizioekin ez bat gatoz… (euskera) No estem d’acord amb les condicions… (catalán) No estem d’acord amb les condicions… (valenciano)”

-Mira atento, Sancho, que no he de salir de aquí sin librarme de aquellos siete encantadores, que con sus voces están hurtando la razón a los presentes.
-Peor será esto que los molinos de viento -dijo Sancho-, mire bien lo que hace no vaya a ser el diablo quien lo engañe.
-No tengas pena, amigo; que yo te sacaré de los caldeos.

Y en diciendo esto, con la lanza en el ristre, arremetió contra los siete encantadores, golpeando costados y quebrando huesos, alguno incluso propio.
-¡Pare, pare, caballero! -gritaba un ceutí de apodo Chaves.
-No tema, noble, que ya he acabado con los que enturbiaban vuestros diálogos.
-Pare, que aquí ha habido confusión segura, pues los encantadores que vos atacáis sólo son traductores contratados.
-¡¿Contratados dice?! -respondió don Quijote.
-Sí, y bien pagados por cierto: 6.500 reales por 3 horas fue la última factura.
-¿Pero no conocen aquí todos una lengua común con la que entenderse?
-Sí, pero le confesaré que prefieren no usarla.

Fue entonces que un don Quijote turbado sacó la espada en alto y vociferó las siguientes palabras:
-Ha de saber vuestra merced, que en ninguna de mis fazañas, y han sido miles, he visto tal grado de majadería como el que aquí hallo.
”He recorrido tierras de gentes tan pobres que, con esos mesmos 6500 reales, podrían vivir varios meses. Gentes que, aun hablando también otras lenguas, tienen las entendederas suficientes para saber que ante varios presentes es de pura educación hablar aquello que todos entiendan. Lo contrario es cabezonería y borriquismo, de lo que veo ustedes van servidos.

Enfundábase ya nuestro caballero la espada cuando se volvió hacia el ceutí para facerle una última pregunta:
-Y estas gentes, cuando salen del Senado y se van a cualquier taberna a deleitarse con unas buenas migas o a tomar unos sabrosos vinos, ¿cómo se comunican con el tabernero?
-En castellano, vuestra merced -respondió el ceutí.
-¡Válame Dios! -exclamó don Quijote- Vámonos Sancho, que prefiero lidiar con gigantes aunque sean molinos, que con hombres que parecen tocinos.

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P.D.: El autor les pide disculpas, pues el de hoy ha sido un relato más largo de lo habitual.

Es de esperar que ninguno de ustedes confunda churras con merinas, ni vean fantasmas donde no los hay. Con este artículo el autor sólo ha pretendido ofrecer un pequeño homenaje a Cervantes y a una lengua que, a veces, como en esta ocasión de los siete intérpretes, aun favoreciendo y facilitando la comunicación entre las personas, se desprecia sin razón alguna.

DEP Michael