Como es improbable que Di Luca aspire a piezas mayores, habrá que prestar más atención a quienes le siguieron en meta, el esloveno Brajkovic y el kazajo Kashechkin.
El primero puede convertirse, nada menos, que en revelación de la carrera y del ciclismo internacional. Tiene 23 años, ha sido campeón mundial contra el crono en categoría Sub-23 y por lo que se ha visto ayer sube como un colombiano. Además se jacta de bajar "como un loco". Preguntado por su punto débil, sólo señala uno: la lluvia. Si es cierto lo que apunta, ha elegido el país ideal para presentarse al mundo.
Otra genial crónica de Juanma Trueba en AS
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